Anoche terminé de leer el séptimo libro de la saga de J.K.Rowling. Yo, como muchos, crecí a la par de Harry Potter, compartiendo su historia desde casi su misma edad. Después del furor por sus libros, llegaron las películas… Una, dos, tres, cuatro, cinco, seis… y siete (en dos partes)… y aún cuando todo pareciera indicar que la historia termina, todos sonreímos pensando en la historia de Harry más allá del último libro, más allá de la última película…
Pero, ¿quién soy yo para hablar de Harry? Una simple lectora que, a pesar de haber leído sus libros over and over again, todavía está lejos de comprender todo lo que la historia encierra. Por eso, hoy, no escribo yo… Hoy escribe Romi, from the CHP-Argentina staff (además de Jefa de Gryffindor). Los dejo con ella…
Como si fuese un relato épico recuerdo la primera vez que cerré Harry Potter y la Piedra Filosofal.
Mi mamá me estaba insistiendo para que leyera ese libro que “a tus primos les encantó” y como siempre que me insisten en algo, me niego. Pero vino una noche, después de la cena y nos sentó a mi hermano y a mi en su cama (papá estaba de viaje) y nos empezó a leer sobre unos señores que vivían en el número cuatro de Privet Drive y estaban orgullosos de decir que eran absolutamente normales; a las pocas hojas se cansó y yo tomé la posta de la lectura, cuando me di vuelta estaban todos dormidos así que seguí leyendo un poco más y puse el señalador después de leer una última frase: “El nombre de ese hombre era Albus Dumbledore”.
Como si necesitara saber más de él, al día siguiente cuando llegué del colegio tomé el libro sin darme cuenta de lo que hacía y cuando me di cuenta ya no tenía más Piedra Filosofal que leer. Había descubierto a un niño de once años (¡mi misma edad!) llamado Harry Potter y que era un mago, viajé en el Expreso Hogwarts, conocí a Ron y Hermione, llegué a un castillo más allá de las fronteras donde los muggles no pueden verlo y asistí a las clases de magia y hechicería. Jugué Quidditch y descubrí que en el corredor prohibido del tercer piso había un perro de tres cabezas. Voldemort intentaba volver y lo impedimos resolviendo un laberinto de pruebas realizado por los magos más poderosos. Y todo eso, sin darme cuenta.
Mamá no podía creer que lo había terminado y yo no podía creer que no tuviera un ejemplar de la Cámara de los Secretos esperándome.
De eso pasaron ya 10 años.
Harry no me introdujo en la lectura. No, soy lectora desde pequeña, cuentos de hadas, Sherlock y Poirot. Y por supuesto, la que me enseñó a leer, nuestra querida Mafalda. Lo que hizo Harry fue presentarme un universo completamente nuevo, del que por alguna razón nunca más pude despegarme.
No soy quién para explicar el fenómeno que se produjo con Potter, pero como suele pasar con los fenómenos su riqueza reside en ese factor de inexactitud a la hora de precisar el por qué. Harry es eso, una serie de factores inexplicables que amamos y consideramos parte de nosotros.
No sé que hubiese sido de mi vida sin Harry, crecí con él. Empecé los libros con 11 y los terminé a los 17, al igual que el trío dorado; fueron parte de mí y me gusta pensar que en mis libros, donde están las marcas de mis dedos hay un poquito de mi esencia.
Espero ansiosa cuando las hojas tomen ese color amarillento propio del paso del tiempo. Porque, por más que se estrene la última película, por más que no haya más libros de la saga, siempre quedará algo de Potter para mí. Basta que tome alguno de los 7 tomos que me regalaron magia durante tanto tiempo y lo abra para sumergirme nuevamente en ese torrente de emociones que me ofrece. No importa cuántas veces lo haya leído, siempre hay algo nuevo.
Esa es la magia de los libros. Se renuevan misteriosamente sin cambiar sus palabras, siempre tienen algo que ofrecerte, algo nuevo que mostrarte.
Y, si además Harry Potter es un mago, la magia la tengo asegurada.
No, Harry Potter no termina. Es la historia que esta dando paso a la leyenda.
Romina Paoletti
CHP Argentina – Staff
¿Qué más puedo agregar? Nada. I’m speechless, y eso ya es mucho decir (admitamos que no es fácil dejarme sin palabras). Me siento identificada con mucho de lo que dice Romi, y por eso tampoco puedo decir más… Hasta siempre, Harry!
Allá donde esté tu tesoro, estará tu corazón.
(J.K.Rowling – Harry Potter and the Deathly Hallows)
Besos! ( beluu . )