No puedo decir que nunca nuca viajé, o que nunca me fui a algún lado un finde largo… Pero lo que sí puedo decir es que creo que nunca fui “TURISTA” en algún lugar…
Todos los veranos voy a Mardel, desde muy peque, así que por un mes soy casi local… No voy cámara en mano, mirando todo con curiosidad o asombro… No me entusiasma conocer las playas (hace 20 años que las veo año a año)… Recorro de memoria el shopping y las zonas comerciales… Voy a comer o tomar algo a lugares donde saludamos a los dueños con beso y abrazo cuando entramos, y para la primer visita de cada temporada, escuchamos el clásico “los estábamos esperandoo!” que siempre nos dedican… hasta llevar ropa al Laverap es como visitar a una tía, la dueña me conoce desde bieeeeeen chiquitita y cada verano se sorprende de verme más alta……. que el mostrador.
Pero este año, hace ya casi tres meses, en marzo, fuimos de paseo en familia a un lugar nuevo, y en medio de transporte desconocido… viajamos con las valijas de siempre, la ropa de siempre, la cámara de siempre… pero con unas ganas locas que no teníamos hace mucho tiempo!!
¿Adónde fuimos? A un lugar que, aunque cerquita y a sólo unas horitas de ferry y auto, igual nos transportó, en espacio y tiempo… Colonia, Uruguay.
Les comparto los mejores tres días en mucho tiempo…
DIA 1.
Nos levantamos SUPER temprano para llegar a tiempo al ferry, que salía muy muy muy tempranito… Era un viernes nublado, algo fresco, nos tocó un taxista que no manejaba muy bien y un taxi que no andaba muy bien tampoco, pero a pesar de todo no nos desalentábamos, y seguíamos con una sonrisa todo el tiempo en nuestras caras…
Cuando llegamos a la terminal, enseguida buscamos las pantallas donde informaban sobre los departures & arrivals, y empezamos a buscar nuestro pre-embarque… A los poco minutos ya estábamos sentados, esperando que nos confirmaran por qué puerta salíamos; y a la media hora, estábamos embarcando en el ferry, siempre muy contentos…
Vista desde mi ventana, y yo con cara de “terminé mi bolso anoche y no dormí nada”.
Ya en la posada, waiting for our rooms to be ready.
El jardín interno de la posada, lovely and peaceful!
Y aunque era el primer día, fuimos a recorrer apenas pudimos dejar nuestros petates en los cuartos… La mayoría de las fotos del viaje las saqué durante esta primer recorrida…
Volvimos a la posada, descansamos un ratito… y seguimos!
Por donde fuéramos, los gorriones se acercaban… y claro que les compartíamos algo.
El pasaje más lindo de la Ciudad!
DIA 2.
Breakfast!!
Backyard de la posada…
Para este segundo día ya nos buscamos un mapita… Así sabíamos por dónde íbamos.
La aventura más divertida, y cansadora también, fue subir al Faro!!! Costó, pero la vista era increíble!
Paseamos también por el muelle…
Y seguimos por las calles de la ciudad…
De tooodas las Santa Ritas de la ciudad, pasé mil veces por ésta, loved it!
Quedamos ma-ra-vi-lla-dos con la puesta de sol sobre el río… amazing!
DIA 3.
Antes de irnos, dejamos nuestra huellita en el Libro de Oro de la posada… Este fue nuestro mensaje:
“Quedamos encantados con la Posada… el jardín, la ambientación, la atención; todos los detalles hacen que no nos den ganas de irnos. La ciudad es hermosa y en cada rincón del Barrio Histórico hay algo mágico. Sin dudas volveremos!!”
Al salir nos encontramos con esta moto, que recorrió muchísimos Km…
En una madera encontramos esta frase escrita: “La mitad de la belleza depende del paisaje y la otra mitad del hombre que la mira” – Sin dudas Colonia cumple con su mitad, y mucho más también!
Volvimos felices!! Y nos quedamos con muchas ganas de volver… y de conocer más de nuestro país vecino… Tanto que estamos planeando el próximo viaje!!
Espero que hayan disfrutado la fotos tanto como yo disfruté del viaje….
Besos! ( beluu . )